La buena salud de la piel y el pelo depende en gran medida de la cantidad de colágeno y ácido hialurónico que el organismo es capaz de fabricar.
A los 20 años, la síntesis de estos dos elementos fundamentales para la juventud cutánea y capilar está a pleno rendimiento y funciona con la precisión de un reloj suizo.
Pero, con el paso del tiempo, este proceso natural se va ralentizando gradualmente, lo que provoca que los signos de envejecimiento se hagan cada vez más visibles.
- Las líneas de expresión se convierten en arrugas profundas
- La barrera de protección se debilita
- El cutis pierde elasticidad
- Uniformidad
- Tono y firmeza y el cabello se vuelve más fino, frágil y poroso
- Y, en el peor de los casos, acaba por caerse.
Con la rutina de cuidados clásica y una dieta sana y equilibrada conseguimos reponer parte del colágeno y el ácido hialurónico perdidos.
Sin embargo, a partir de los 40, la disminución en su producción es de tal calibre que los tratamientos habituales son insuficientes y necesitamos un poco de ayuda extra para mantener las reservas a tope.
Aquí ya les hablamos de las beauty gummies, pero hay una nueva manera de rejuvenecer desde el interior que está arrasando en los últimos meses: la nutricosmética bebible. Y es que cada vez son más los que apuestan por el formato líquido y complementan el ritual diario con un “chupito de belleza”.
Estos cócteles antienvejecimiento estás formulados con altas concentraciones de activos y combinan todos los ingredientes que el pelo, la piel y las uñas demandan: colágeno, ácido hialurónico, extractos vegetales, antioxidantes, vitaminas, coenzima Q10 y minerales y oligoelementos esenciales, como el selenio, el zinc o el cobre.
Una de las grandes ventajas de estos complementos alimenticios frente a los tradicionales sólidos es que su biodisponibilidad es cuatro veces mayor, por lo que el cuerpo los asimila mejor y de forma más rápida y eficaz.
Eso sí, debes saber que la cosmética que se bebe es una inversión a medio-largo plazo y que, aunque desde las primeras tomas empezarás a notar una mejoría, se necesitan entre 10 y 12 semanas para ver los resultados definitivos.
Es decir, la constancia es clave para llegar a buen puerto, sobre todo si tenemos en cuenta que el 40 % de las personas no termina el tratamiento completo.
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