Al lavarse el cabello todos los días podemos provocar el efecto contrario y hacer que se ensucie más rápidamente. Además, resecamos e irritamos el cuero cabelludo.
Lavar el cabello es esencial para mantenerlo saludable. Sin embargo, la frecuencia de lavado es algo que cada quien elige, según su tipo de cabello.
Además de elegir la frecuencia del lavado, cada quien elige el tipo de productos con el que se hace su lavado. Sin embargo, es común que las personas no siempre elijan las opciones más adecuadas.
A veces, las personas utilizan champúes muy fuertes que, si bien hacen una limpieza profunda, también resecan y maltratan el cuero cabelludo, haciendo que la melena luzca falta de vida.
Si una persona tiene el cabello muy graso, puede lavarlo con mayor frecuencia que una persona con el cabello seco. Sin embargo el lavado diario es algo que, en líneas generales, no es recomendable.
Para no maltratar el cuero cabelludo y ‘barrer’ con las aceites naturales que lo protegen y mantienen sano, lo ideal sería no lavarse el cabello a diario, salvo en caso de extrema necesidad.
Elige un champú más conveniente para ti
Si elegimos un champú adecuado para nuestro tipo de cabello, mantendremos un buen cuidado capilar. Es imprescindible que el champú sea acorde al tipo de cabello, para evitar maltratarlo.
A la hora de comprar el champú, es recomendable que revisemos si tiene Lauril sulfato de sodio. Este es un ingrediente muy común que forma parte del grupo de los sulfatos, que son los responsables de que se produzca espuma cuando nos enjabonamos el cabello.
Algunos estudios han demostrado su toxicidad; pese a ello, se usan en diferentes productos para la higiene, como geles o champús.
Los sulfatos eliminan la suciedad en profundidad, pero también impiden que el cabello produzca su grasa natural, por lo que pueden provocar problemas de sequedad e irritar el cuero cabelludo.
¿Cada cuánto se debe lavar el cabello?
El dermatólogo Lynne Goldberg parece dar una respuesta adecuada, con base en las evidencias científicas, señala que lo más adecuado es no lavar el cabello todos los días, a menos que un dermatólogo lo indique, por razones médicas.
También puedes reducir el uso de productos para acabar el peinado, ya que muchas veces ensucian el cabello y tendrás que lavarlo más.
Es una buena idea establecer una rutina más conveniente, en la que te laves el cabello con una frecuencia razonable, sin necesidad de exagerar.
No obstante, la cantidad de lavados dependerá del tipo de cabello y de tu rutina. Las personas que estén expuestas al polvo o hagan ejercicio con regularidad, requerirán de un aseo más frecuente.
También es recomendable utilizar –a modo de complemento– tratamientos naturales, como mascarillas caseras por ejemplo, que ayudan a nutrir y revitalizar el cabello, sin causarle daño.