Frankie Muniz. La insólita huida de la estrella infantil que abandonó la fama, perdió la memoria y acabó vendiendo aceite

“En 2002 fui nominado a un Globo de Oro. En 2020 estoy aquí, sentado frente al espejo mirándome la calva”.

Como él mismo confirma en el tuit, en la vida de Frankie Muniz (Nueva Jersey, 1985) ya no hay espacio para el glamour propio de la meca del cine.

Etiquetado con 14 años como el nuevo Macaulay Culkin por su exitoso rol de chico tan inteligente como sobrepasado por la generalizada demencia familiar en la serie Malcolm, decidió alejarse de la industria en la cima de su fama.

Lo hizo antes de llegar a la veintena y de que los rigores con la edad en Hollywood le pasaran factura en una industria con predilección por hacer de sus estrellas infantiles juguetes rotos en la edad adulta.

Frankie Muniz: De estrella en “Malcolm in the Middle” a vendedor de aceite en Arizona

Frankie Muniz: De estrella en “Malcolm in the Middle” a vendedor de aceite en Arizona

Ayer, cuando se cumplieron dos décadas del estreno de la inolvidable sitcom, dice haber encontrado la felicidad en una pequeña tienda situada en pleno desierto estadounidense, cambiando los guiones por botellas de aceite que él mismo se encarga de llenar.

No fue Malcolm el único éxito en la corte carrera interpretativa de Muniz.

En 2003 y 2004 protagonizó las dos entregas del Agente Cody Banks, que tuvieron un buenísimo respaldo del público en forma de millonarias recaudaciones en los cines.

Pero, después de aquello, se fue retirando poco a poco de la escena y tan solo se le recuerda por haber participado anteriormente poniendo la voz en algún capítulo mítico de Los Simpson y por innumerables cameos en diversas series de distinto pelaje y condición.

Accidentes vasculares y pérdida de memoria

La vida del Malcolm de principios de siglo ha estado muy influida, claro, por los problemas de salud que ha sufrido.

Su frágil cerebro le ha causado malas pasadas y ha sufrido varios accidentes vasculares.

El último, que data de 2017, le provocó graves pérdidas de memoria, tanto que en ocasiones no recuerda los años que pasó siendo estrella del cine y la televisión.

Con todos los antecedentes descritos, tampoco resulta demasiado extraño que la actual vida de Frankie Muniz nada tenga que ver con lo que se espera de un actor que fue tan popular en su adolescencia.

Ahora se le puede ver en la ciudad de Scottsdale, en medio del estado de Arizona, alejado del mundanal ruido.

Allí reside junto a Paige Price, su esposa desde el pasado mes de febrero, y su socia en el negocio que ambos comparten. Nada demasiado pretencioso, no se vayan a creer.

El asunto, entonces, es que uno puede llegar a ese lugar de Estados Unidos, entrar en una tienda llamada Outrageous Olive Olis and Vinegars, y encontrarse de frente con el actor que le alegró las mediodías de su adolescencia.

“Mi día esta mañana comienza a las 6 de la mañana cuando me levanto para ir a comprar los productos que necesitábamos”, cuenta Muniz en una reciente entrevista en The Republic.

“Luego llego temprano a la tienda para comenzar a llenar botellas y asegurarme de que todos los estantes estén bien colocados”.

“No solo pedimos los productos y los ponemos en el estante; embotellamos todo, rotulamos las botellas y las sellamos.

Hacemos todo eso nosotros mismos en la tienda.

Es mucho trabajo, pero es realmente gratificante cuando la gente viene y disfruta de nuestros productos”, añade.

Seguro que más de un autógrafo ha tenido que firmar y en algún selfie habrá salido en todos estos años desde que decidió dejar el mundo de la pantalla.

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