El meditar, con los ojos cerrados con delicadeza y la respiración lenta y continua, siempre se ve muy en paz.
Pero en nuestro mundo de distracciones crónicas y adictos al teléfono, sentarse sin moverse durante diez o veinte minutos cuesta trabajo y a menudo hace que nuestro cerebro vaya entre un pensamiento pasajero y otro. Los maestros de meditación dicen que hay que reconocer esos impulsos y luego regresar a tu respiración o a lo que llame tu atención.
Pero, ¿y si no logras regresar a lo que estabas? ¿Y si solo acabas sintiéndote frustrado?
“Ese sentimiento es muy común”, comentó Dan Harris, coautor de Meditation for Fidgety Skeptics y fundador de la aplicación de atención plena Ten Percent Happier. Sin embargo, “la distracción en la meditación no es prueba de fracaso”, agregó.
De cualquier manera, distraernos al meditar puede desanimarnos y hacernos sentir que fallamos o que no logramos nuestro objetivo. Pero los beneficios de la atención plena pueden superar las frustraciones; incluso meditar por instantes ayuda a la gente a sentirse más atenta, menos ansiosa y deprimida y eso aplica hasta para aquellos que tienen más problemas para concentrarse en su vida diaria.
“Hay varios motivos por los que la atención plena ayuda a la gente, incluso ayuda a aprender cómo regular la atención”, explicó John Mitchell, profesor adjunto de la Universidad de Duke y experto en atención plena y trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH).
Buena parte de la investigación sobre la distracción y la meditación proviene de expertos en TDAH como Mitchell, que en los últimos 15 años han demostrado que puede ser muy benéfica para las personas con trastornos de atención, a pesar del reto específico que supone permanecer sentado. Y los descubrimientos que estos expertos han hecho pueden beneficiar a todos los que buscan ayuda para mejorar sus habilidades de meditación.
Pero hay que empezar, y eso puede ser lo más difícil. Les hemos pedido consejos a los profesores de meditación y a los médicos sobre cómo empezar esta práctica y mantenerla.
El fracaso es un éxito
Lo primero que hay que saber es que te vas a distraer una y otra vez. Eso puede hacer que surjan algunas opiniones negativas sobre tu cerebro. A todo el mundo le cuesta trabajo al principio, afirma David Austern, profesor adjunto de medicina clínica del departamento de psiquiatría de la Escuela de Medicina Grossman de la Universidad de Nueva York. Sin embargo, estos sentimientos de ser “malo” para meditar suelen ser más agudos en el caso de las personas que padecen trastornos de atención.
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