Los alemanes compran mucho y almacenan. Con la crisis del coronavirus aparecen ciertos comportamientos extraños, como la compra indiscriminada de papel higiénico. ¿Por qué?
La red está, desde hace semanas, repleta de bromas sobre un fenómeno sorprendente: el papel higiénico.
Es uno de los productos más solicitados.
Está agotado en muchos supermercados e incluso ha habido disputas por los paquetes de rollos blancos.
¿Es el papel higiénico una nueva moneda de cambio?
Britta Krahn, profesora de psicología empresarial en la Universidad de Ciencias Aplicadas de Bonn-Rhein-Sieg, denomina a la fiebre masiva que reina en muchos países por el papel higiénico como “comportamiento rebaño”: “Este es el momento de máxima pérdida de control”, dice, “de máxima incertidumbre y de mayor cambio”.
La vida social se reduce de cien a cero. “Nadie sabe lo que pasará”, afirma.
Sin embargo, muchos tratan ahora de recuperar el control. Cuando se agotan las máscaras protectoras y los desinfectantes, “simplemente se compra lo que se puede y lo que no se echará a perder, y el papel higiénico se ha convertido en una metáfora de la seguridad, incluso en un símbolo de la crisis”, añade.
Y símbolo de todo lo desagradable que está asociado con el virus.
En Mittenberg, Baviera, la empresa Fripa de papel de baño ha aumentado su producción masivamente por el coronavirus.
La compañía normalmente fabrica 130.000 toneladas de papel higiénico al año, pero ahora será el doble.
Sus clientes son cadenas mayoristas y minoristas. “Producimos al límite”, asegura el portavoz de la compañía, Jürgen Fischer, “pero no podemos seguir el ritmo.
Es por eso que ahora hay plazos de entrega”. Él no se explica por qué la gente está tan obsesionada con el papel higiénico: “Tal vez porque es fácil de almacenar y no demasiado caro”.
Mientras tanto, Fischer aconseja un “comportamiento prudente del cliente, y serenidad”.
Amontonando comida, acto sustituto del tipo luchador
El sociólogo e investigador de riesgos Ortwin Renn, director científico del Instituto de Investigación de Sostenibilidad Transformativa (IASS) en Potsdam, diferencia entre tres tipos de compradores de papel higiénico.
“De la investigación de riesgos, sabemos que existe la persona que ignora el peligro, el que escapa atrincherándose y el luchador”.
Estos últimos se vuelven activos contra la amenaza y hacen compras exageradas como especie de “acto sustitutivo”. También influye la educación recibida y las experiencias vividas.
La sicóloga empresarial Anja Achtzinger, de la Universidad Zeppelin, en Friedrichshafen, cree que “en el trabajo, en la familia, entre amigos se habla permanentemente si se ha comprado y almacenado muchas cosas.
Quien no haya amontonado nada, se pondrá nervioso y entonces también comprará en exceso”.
Por cierto, la sicóloga no cree que el papel higiénico se convierta en moneda de cambio.